Imágenes reencauchadas

Investigación de la Universidad Nacional encontró que en los grandes medios de comunicación se utiliza por lo menos cinco veces la misma imagen para ilustrar diferentes noticias. Los resultados se recogieron en una publicación titulada «Haga como que …»


¡Usted tranquila! Relájese. No hay nada de qué alarmarse. Solo coquetéele a la cámara con cara de víctima y finja que la están mechoneando, que la están manoseando. El resto es cuestión de los medios”. Desde el arte, un estudio evidencia el uso que algunos periódicos colombianos hacen de las fotografías que ilustran temas como la violencia doméstica.

«Haga como que la violan, haga como que le pegan», nombre de la publicación que compila el estudio realizado en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, aborda entre otros temas, la violencia intrafamiliar y la violencia en contra de las mujeres. Los “Haga como que…” son recursos en los que se recurre a poses y escenarios preparados para producir fotografías temáticas, utilizados desde el arte hasta el periodismo.

Desde mediados del siglo pasado, es usual que los periódicos adquieran gran parte de su material gráfico en bancos de imágenes. En Colombia, los más comunes son Jupiterimages y Fotolia, en los que se pueden comprar fotos baratas con permiso para usarlas múltiples veces por el mismo precio, para distintas noticias, títulos y pies de fotos.

Interesada en ver lo que sucedía con el uso de estos recursos gráficos en el contexto del periodismo colombiano y su relación con los temas mencionados, Zenaida Osorio, docente de la Facultad de Artes de la UN, examinó 44 periódicos como El Diario de Huila, El Heraldo, El Nuevo Día, El Espectador y El Mundo, para generar reflexiones que aparecen en 26 imágenes publicadas de 1997 a 2010 y 30 textos que forman parte de este trabajo que puede descargarse gratuitamente en www.diasfrios.org

En total se exploraron más de dos mil fotografías en las que, según Osorio, la constante es, por un lado, el reencauche exagerado de las fotos –tanto así que una misma imagen es publicada hasta nueve veces en un año editándola de diferentes maneras– y, por el otro, una altísima presencia de escenas de estudio que se hacen pasar por imágenes de toma directa.

Temas que se banalizan

El embarazo, la prostitución y la violencia doméstica. Para el primero, por ejemplo, usan la barriga de cinco o seis meses de embarazo de una adolescente a la que le ponen muñecas y ositos en la mano para infantilizar su estado con titulares que se consideran propios de los periódicos juzgados sensacionalistas: “Mamá, estoy embarazada” o “Mamá con cuerpo de muñeca”.

Por otra parte, la profesora Zenaida encontró que los artículos de violencia doméstica son generalmente escenificados entre personas de escasos recursos y casas muy humildes, a juzgar por los muebles, las cortinas, camas y sus tendidos, entre otros detalles presentes.

Con respecto a la prostitución, es evidente que dichas producciones fotográficas asocian una y otra vez este tema con las piernas de una mujer, tacones, o una mujer fotografiada en contraluz en una calle. «Esto me parece que oculta la realidad de la prostitución como negocio ligado al comercio organizado de bares y a mafias de proxenetas”, asevera la investigadora.

Los que más reencauchan

Los distintos periódicos de la Casa Editorial El Tiempo, que justamente usan los servicios informativos Jupiterimages y Fotolia, reencauchan en gran medida.

También lo hacen El Heraldo y los periódicos que publica su grupo.

Críticas elementales

Son dos: “Critico que no se aclare lo suficiente la fuente de los ‘Haga como que…’, ya que no basta escribir en letra pequeñísima ‘Archivo’, debajo de la foto. La segunda, más grave aún, que existan periódicos que usen la misma imagen una y otra vez, con distintos títulos y pies de foto, y como si fuera poco, cubran los rostros de una imagen que antes habían publicado descubierta, en una información sobre desplazamiento, por ejemplo, cuando la van a usar un mes después para ilustrar una noticia de abuso sexual”, dice Zenaida Osorio.

¿Qué hay de malo en pixelar?

Para la investigadora, es un uso malintencionado de un código: tapar rostros o, peor aún, pixelar el rostro de una modelo que luce un ojo morado mediante maquillaje. De esta forma se hace pasar una fotografía de estudio por una de toma directa, y eso es abuso de la información. Es mentir.

¿Podría pensarse que los periódicos amarillistas son los que peor tratan esta información?

Osorio encontró que son los periódicos a veces llamados “sensacionalistas”, como El Espacio, los que producen imágenes particulares sobre situaciones particulares. “Aunque estas son más cercanas a las fotografías de Medicina Legal, son ellos los que reciclan e inventan menos, mientras que los considerados ‘serios’, ofrecen la misma imagen una y otra vez. Esto es grave para las ideas que tenemos sobre la realidad y para la comprensión de la violencia y la discriminación”, advierte.

Fuente: Luis Miguel Palacio, Unimedios

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