Imputan a dueño de matadero ilegal en Bogotá por distribuir carne insalubre

Un matadero ilegal en Bogotá distribuía carne en condiciones insalubres a miles de familias. Su propietario enfrenta cargos por tres delitos que revelaron maltrato animal y contaminación ambiental.

La Fiscalía General de la Nación logró un avance significativo en el caso de los mataderos clandestinos de Suba al imputar formalmente al propietario del predio donde operaba uno de estos centros ilegales. El ahora procesado deberá responder ante la justicia por tres delitos graves que ponían en riesgo la salud pública y el bienestar animal.

  1. Corrupción de tráfico de alimentos: Por distribuir carne sin controles sanitarios
  2. Contaminación ambiental: Por verter residuos animales al río Bogotá
  3. Maltrato animal: Por las condiciones inhumanas del sacrificio

Durante la audiencia, el fiscal presentó pruebas contundentes recolectadas en el operativo del 4 de marzo en el sector de Fontanar:

  • Registros de distribución a 7 localidades
  • 1.5 toneladas de carne decomisada
  • Documentación que vincula a Rincón con la operación

«Las evidencias muestran una estructura organizada para evadir los controles sanitarios«, declaró el representante del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma). Pese a esto, el acusado no aceptó responsabilidad por los hechos.

Un nuevo hallazgo en los mataderos ilegales

En un operativo posterior realizado el 11 de abril, las autoridades hicieron un descubrimiento aún más alarmante en el sector de La Gaitana, Suba. Allí encontraron otro matadero clandestino donde la situación de los animales vivos era deplorable.

En medio de condiciones infrahumanas, 22 terneros y 19 ovejas esperaban su turno para ser sacrificados. Los animales presentaban claras señales de maltrato sistemático: heridas cutáneas sin tratamiento, desnutrición severa y signos evidentes de estrés prolongado. Junto a ellos, los restos de 28 animales ya procesados yacían en condiciones antihigiénicas, mientras diez canecas rebosaban de vísceras y sangre que se arrojaban sin ningún tratamiento.

«El estado de los animales era deplorable», declaró un veterinario del Instituto de Protección Animal, entidad que ahora se encarga de su recuperación. «Estaban condenados a una muerte lenta y dolorosa, en condiciones que ningún ser vivo debería experimentar».

Las consecuencias de estos hallazgos tienen un alcance preocupante. Se estima que más de 3.000 familias podrían haber consumido carne contaminada procedente de estos mataderos clandestinos, con un impacto económico calculado en mil millones de pesos. Entre ambos operativos, se logró rescatar a 40 animales cuyas vidas penden ahora de un delicado proceso de rehabilitación.

Este descubrimiento paralelo no solo confirma la existencia de una red organizada, sino que revela la crudeza de un negocio que prioriza el beneficio económico sobre el bienestar animal y la salud pública. Las autoridades continúan con las investigaciones para desmantelar por completo esta operación ilegal.

Foto: Tomada de redes

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp