Consumidores de droga están acabando con las paredes de ladrillo en Soacha
Cada vez son más recurrentes las quejas y denuncias a líderes y autoridades del municipio por la presencia de jóvenes drogodependientes que raspan los ladrillos de las fachadas de viviendas y negocios para mezclar el polvo naranja con sustancias psicoactivas. Cientos de residencias en Soacha ya presentan daños graves.
Para los drogadictos que ya presentan problemas de dependencia avanzados siempre ha sido una práctica común raspar el ladrillo bloque estructural, utilizado con frecuencia en las fachadas de viviendas o en las calles adoquinadas, para mezclarlo con otras sustancias, dando como resultado una de las drogas que genera más inconvenientes en la salud física y mental del consumidor.
“Con preocupación estamos viendo que cada vez son más los vecinos que se quejan de grupos de jóvenes que se reúnen en las esquinas de las casas para consumir sustancias psicoactivas, manifestando que raspan los ladrillos de la pared, afectando el aspecto y seguridad de sus viviendas”, agregó Heriberto Ramírez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Compartir en la comuna uno.
Si bien este tipo de prácticas ya son conocidas desde hace varios años en Soacha, y en la mayoría de ocasiones las consecuencias sobre las viviendas son confundidas con el desgaste natural del ladrillo, el avanzado deterioro provocado en cientos de predios demuestran que cada vez son más los jóvenes que caen en la drogadicción.
“Muchachos, muchachas e incluso niños y niñas vienen perjudicando a la comunidad, ya es visible en varios sectores; hay casos específicos de viviendas a las que les han carcomido un 60 o 70 por ciento de sus fachadas, es evidente el aumento de la problemática porque son más las personas que se acercan a la JAC asegurando que se están debilitando los muros de las viviendas a raíz de la situación”, agregó el líder comunitario.
Los parques de Soacha también son un escenario en el que se puede evidenciar las consecuencias de la adicción de algunos jóvenes, pues los suelos en adoquín presentan desgaste, generado por los drogodependientes. Quienes lo evidencian aseguran que es necesario aumentar las medidas de seguridad y vigilancia en los espacios públicos.
No obstante la comunidad asegura que para empezar a reducir la problemática que crece con el pasar de los años, es necesario que la administración municipal y las autoridades maximicen esfuerzos para generar prevención y aumenten las posibilidades de recuperación de quienes ya son drogodependientes.
“El problema es que en muchas ocasiones la droga es más accesible y relativamente fácil de conseguir para los jóvenes, que en algún momento resultarán consumiendo las sustancias que ya están perjudicando la infraestructura en el municipio. Las autoridades deben garantizar que los drogodependientes tengan acceso a lugares de rehabilitación que les permitan desintoxicarse y en los que al tiempo puedan tener opciones para un proyecto de vida. La prevención en los más pequeños y quienes podrían ser un blanco fácil para los expendedores de drogas también debe aumentarse y fortalecerse, no solo en los colegios, sino en todas las comunidades”, expresó Edwin López, habitante de la comuna dos.
Para terminar, las viviendas que suelen ser afectadas están ubicadas en puntos donde resulta cómodo para los delincuentes y drogadictos acomodarse, bien sea por escases de luz pública, ausencia de cámaras o la dificultad de acceso que presentan los policías.
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