La ilusión en el fútbol soachuno
En este camino tan preciado, aunque a veces tan desagradecido, de formar infantes deportistas o de al menos ocupar su tiempo libre, para alejarlos de los momentos de malas decisiones; me sorprende el grado de calumnia que usan las personas o “asociaciones” destinadas a acoger estos niños y jóvenes por medio del deporte .
Escuelas, asociaciones, grupos de formación van por ahí alardeando de ser transparentes, prometen acceso directo a un fútbol profesional, ofrecen entrenamientos de alto rendimiento sin tan siquiera ser o contar con el profesional idóneo para esa tarea y como si no fuera suficiente ofrecen seguridad y confianza a los padres bajo una razón social legalmente no constituida o registrada ante los entes correspondientes. Es decir, entidades fantasmas que están jugando con la ilusión y trabajando incorrectamente frente a los ojos de las entidades que protegen la niñez y el deporte en este, el municipio de las almojábanas y la creatividad; la Soacha histórica.
Para analizar este problema de mentiras y cortinas de humo es necesario centrarnos en que estas personas o agrupaciones trabajan a partir del anhelo infantil del alcanzar el fútbol profesional, vestir la camiseta del club que sigue y el de por supuesto representar a su país, anhelo que está en el corazón, piernas y psiquis de cualquier amante del fútbol.
Son niños y jóvenes desde los 5 a los 15 años que tienen este anhelo y que se pueden ver en cualquier escenario deportivo o espacio verde del Municipio entrenando o practicando muchas veces entre grupos en los que no importan la edad, la condición psico física, las aptitudes, ni las capacidades con las que cuenten. Todos siguen las indicaciones de un profesor o así llamado por el hecho de ser quien orienta ese tiempo y espacio de entrenamiento bajo el nombre de algún Club de fútbol profesional famoso o de cualquier ideología o palabra representativa para él, es él quien lleva los balones, quien pita para que ellos corran y repite la acción para que se detengan, pide que salten, hagan sentadillas, dar vueltas al lugar de entrenamiento para luego patear los balones y terminar con un partido de fútbol. Todo esto, la mayoría de veces sin tan siquiera contar con el conocimiento idóneo y la experiencia necesaria para manejar personas en esta etapa de desarrollo y deportistas dentro de sus diferentes etapas de evolución.
Por ejemplo, un niño de 10 años no podrá asimilar con facilidad una técnica de dominio de balón si no han sido desarrolladas su etapas de exploración coordinativas y motrices en sus primeros años, no se puede forzar a jugar a un niño de 10 años a un esquema de juego de largo si no desarrollan primero sus capacidades de potencia, resistencia aeróbica o anaeróbica, habilidad, etc., El niño de 10 años está dentro de su fase de zona sensible es el momento de explotar sus capacidades físicas. Este y otros tantos errores tan frecuentes dentro de la omisión de la etapa de desarrollo evolutivo son cometidos frente a la mirada de los padres de familia que ansiosos solo están dispuestos a mirar el momento que su hijo está viviendo en el instante y pensar que el jugar con un compañero que es tres o cuatro años mayor, generará resultado dentro de su etapa de formación.
El mismo padre de familia que por desconocimiento no es capaz de exigir o corregir al instructor de su hijo y cree ciegamente que el pertenecer a esa organización le garantizará la participación de su hijo en torneos, los cuales sin haber sido jugados, ya se piensan como un escenario de victoria que generará experiencia y profesionalismo. Así como a las grandes glorias Colombianas que salieron de los campos de fútbol más humildes, la única diferencia es que esta organización sin ánimo de lucro, urge y necesita una cuota de veinte mil o cincuenta mil para gastos varios y que el padre debe dar mensualmente a una agrupación que no cuenta con ningún reconocimiento legal, registro tributario, ninguna capacidad para poder facturar, ni alguna entidad supervisora en caso de que su hijo sufra algún daño o perjuicio.
Todas estas instituciones trabajan informalmente y utilizan el nombre de Ligas, Comités o Asociaciones constituidas y establecidas por los mayores entes del deporte en Colombia para promover su trabajo falto de profesionalismo, transparencia, veracidad y organización. Así que señor o señora amante del fútbol y padre de familia de algún niño futbolista en formación, tenga en cuenta que entre más de su atención esté presente en que su hijo tenga resultados ahora mismo, entre más cerca esté, más fácil será de engañar, porque entre más cree que ve, menos verá y por estar esperando el resultado de su temporada actual se perderá la proyección de su hijo a un mediano plazo.
El deporte tiene una etapa de evolución, no se debe atrofiar el proceso de desarrollo por la negligencia de quien este momento tiene a cargo de sus hijos. No le regale a ese entrenador que a la vez es comerciante, locutor, militar ese preciado obsequio de la ilusión de su hijo porque él será quien haga con su falsa propuesta de gloria esa ilusión desaparecer. Se necesitan de organizaciones muy bien estructuradas, de proyectos claros muy bien visualizados y desarrollados por profesionales. No caiga en engaños, ni deje que sus sueños cieguen la razón y la crítica frente a palabras que solo serán el centro del show que usted alimenta. Cita Jorge Blass gran mago español: “La magia no está en el truco, ni siquiera en el mago, sino en la mirada del espectador ilusionado”
Hay que dejar muy claro que cuando se habla de deporte popular, en este caso fútbol, se refiere a esparcimiento, integración de sociedad y cultura; pero, en el momento en que se habla de proceso de formación y proyección se debe tener en cuenta etapas evolutivas, capacidades, cualidades, actitudes, zonas de entrenamiento y demás bases para desarrollo de las fases que como entrenador solo se deben realizar con conocimiento y veracidad.
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